domingo, 30 de marzo de 2014

Sturm der Wahnsinn

Tomas el nombre del vórtice, hondo y macabro, del fantasma que me ha arrebatado años de mi vida y ha intercalado meses en mis días. De esa parte de mí que me define, y define mis límites. Esa parte de mí que se enquista en mi garganta cuando muero, que toco al respirar. Que seguirá conmigo hasta que deje de hacerlo. Porque no puedo matarla sin matarme a mí primero.

Tú eliges una versión desinformada, reduccionista y glamurosa. De ese extraño glamour que desprende la miseria. No puedes ser un poeta maldito sin grietas en las costillas, así que intentas pintártelas.

Pero no conoces el precio. He intentado arrancármelo con mis propias manos. Cuando llega la ansiedad y tiñe las paredes de irrealidad. Llenando los vacíos de vértigo. Y la presión en la nuca.

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