Vuelven a llegar aquellos tiempos en los que ensancha el tiempo, aunque las esquinas no son como las recordaba y el color del paisaje es algo más vívido. No mucho, sólo un poco. Lo suficiente como para que no pueda compadecerme, aunque por momentos sigue pareciendo gris. Quizás es que no estoy regresando al mismo lugar, quizás es que no soy la misma que vino por última vez. Pero este peso que respiro es familiar. Quizás reminiscencia de lo que hubo, de lo que duerme latente, de lo que podría volver en cualquier momento. He estado aquí demasiadas veces, en este mismo rincón, pensando lo que estoy pensando ahora. La madurez sólo me otorga una falsa noción de experiencia, una falsa solemnidad. Como si esta vez estar aquí tuviera más sentido. Como si esta vez se tratara de alguna epifanía. Pero sólo es repetición. Aquí dentro tengo cien años. Es la misma mierda de siempre y ya no me va a enseñar nada nuevo.
Todos creen que hablo en sentido figurado.
miércoles, 15 de abril de 2015
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